Existen numerosos estudios psicológicos que tratan de encontrar sentido a nuestra atracción por el terror; sentimos el miedo en la boca del estómago, el pulso se acelera y comenzamos a sudar. Es una sensación desagradable que tratamos siempre de evitar. Sin embargo, siempre han existido historias diseñadas para asustar. Escritores como Poe, Lovecraft, King o Barker no hacen más que seguir esa línea que se pierde en el principio de los tiempos. El miedo es global; el miedo es un lenguaje universal que nuestro cerebro reconoce de forma inmediata. Es una constante evolutiva, todos los humanos compartimos los mismos miedos y con el terror pasa lo mismo, todos compartimos un terror primordial, a nivel evolutivo, por eso el miedo funciona siempre, forma parte de la naturaleza humana. Esta naturaleza se ha ido formando con el paso del tiempo, es una especie de conocimiento genético que pasa de generación en generación; un sistema natural de autoconservación.
El relato de terror, también conocido como cuento de horror o cuento de miedo, es toda aquella composición literaria breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal objetivo es provocar el escalofrío, la inquietud o el desasosiego en el lector, definición que no excluye en el autor otras pretensiones artísticas y literarias, el cuento de horror es tan antiguo como el pensamiento y el habla humanos, los cuentos de terror natural se basan más o menos directamente en el miedo a la muerte, especialmente a una muerte atroz. Relatado por los viejos del lugar al calor del fuego en noches propicias, el cuento de miedo forma parte de la tradición de los pueblos, y ha sido sin duda una de las primeras formas culturales de la humanidad, en el cuento de miedo popular se entrecomilla de alguna manera al Mal buscando atemorizar con él a las buenas gentes, a fin de exorcizarlo o quizá sólo por advertir de sus peligros. Así, el cuento de miedo llega en muchos aspectos a confundirse en la forma y en el fondo con las expresiones originales del espíritu colectivo, todo cuento de terror, resulta de un pequeño tratado sobre el Mal en alguno de sus infinitos rostros y formas, por lo que, en principio, conviene obviar toda otra consideración, moralista o sensible, a la hora de abordar su ejecución o su lectura.
El relato corto es la denominación más usada para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido donde se tiende a plantear situaciones con un alto grado de indefinición, el tiempo narrativo se condensa, lo no narrado incide poderosamente sobre el significado del texto, el lector desempeña en el microrrelato un papel activo. Si el relato es bueno, entonces el lector no se conformará con leerlo una única vez.
El relato de terror, también conocido como cuento de horror o cuento de miedo, es toda aquella composición literaria breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal objetivo es provocar el escalofrío, la inquietud o el desasosiego en el lector, definición que no excluye en el autor otras pretensiones artísticas y literarias, el cuento de horror es tan antiguo como el pensamiento y el habla humanos, los cuentos de terror natural se basan más o menos directamente en el miedo a la muerte, especialmente a una muerte atroz. Relatado por los viejos del lugar al calor del fuego en noches propicias, el cuento de miedo forma parte de la tradición de los pueblos, y ha sido sin duda una de las primeras formas culturales de la humanidad, en el cuento de miedo popular se entrecomilla de alguna manera al Mal buscando atemorizar con él a las buenas gentes, a fin de exorcizarlo o quizá sólo por advertir de sus peligros. Así, el cuento de miedo llega en muchos aspectos a confundirse en la forma y en el fondo con las expresiones originales del espíritu colectivo, todo cuento de terror, resulta de un pequeño tratado sobre el Mal en alguno de sus infinitos rostros y formas, por lo que, en principio, conviene obviar toda otra consideración, moralista o sensible, a la hora de abordar su ejecución o su lectura.
El relato corto es la denominación más usada para un conjunto de obras diversas cuya principal característica es la brevedad de su contenido donde se tiende a plantear situaciones con un alto grado de indefinición, el tiempo narrativo se condensa, lo no narrado incide poderosamente sobre el significado del texto, el lector desempeña en el microrrelato un papel activo. Si el relato es bueno, entonces el lector no se conformará con leerlo una única vez.
Un
microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas
para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo. Como todos los relatos, el microcuento tiene
planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se
resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas. Habitualmente el
periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho
tiempo entre el principio y el final de la historia. Conviene
evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres
personajes ya son multitud. Es muy conveniente evitar las descripciones
abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de
convencer al lector de lo que tiene que sentir. El microcuento suele
suceder en un solo escenario, dos a lo sumo; un detalle bien elegido puede decirlo todo. Un
microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso
del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y
también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten
mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser
superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una
extensión mínima, ha de desvelar algo importante. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso
que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es
decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

No hay comentarios:
Publicar un comentario